sábado, 31 de agosto de 2013

¡Sois vosotros mismos los que os ponéis en ésta, vuestra posición decisiva de eternidad!

- Mensaje nº 251 -

Hija mía. Mi querido hijo. Yo, vuestra Madre de lágrimas, estoy aquí para deciros que estoy muy triste por el estado de vuestro mundo y por el comportamiento de tantos de Nuestros hijos, que, al fin y al cabo, todos procedéis de Dios Padre.

No Le amáis, no Le honráis, no respetáis ninguna de Sus Sagradas Palabras, Sus Mandamientos, dados para que viváis juntos en paz y amor, Sus directrices, ¡Nada! Vivís a vuestro antojo y no os preocupáis por Él, ni por vuestros hermanos y hermanas.

Hijos míos. ¡Esto no puede continuar y no continuará! ¡Despertad! Volveos antes de que la mano castigadora de Dios Padre os golpee y borre y castigue a los que se oponen a Sus hijos amados, a los que hacen el mal, a los que rinden homenaje a la bestia, a los que pecan cada vez más profundamente y, sobre todo, a los que blasfeman contra Él, Su Hijo y Su Espíritu Santo -enviado a la Tierra por vosotros, por el más profundo amor a cada uno de vosotros.

¡Detente y date cuenta de Quién es la única verdad! ¡Abrid los ojos y los oídos y no los cerréis a todas las mentiras que proceden exclusivamente de la propia bestia de boca de sus adoradores!

Abrid vuestros corazones, porque si habéis abierto vuestro corazón, ¡entonces podréis volver a sentir! ¿Sabéis siquiera lo que son los verdaderos sentimientos? ¡Sentimientos de amor y no de patadas, de dominar, de ser dominado y sumiso! ¡Estás enfermo! ¡Lo que declaras como sentimientos no tiene nada, pero tampoco nada en absoluto que ver con los sentimientos de un corazón abierto para Dios Padre!

Debéis arrepentiros y encontrar el camino de vuelta al Padre, ¡de lo contrario estaréis todos perdidos! El Infierno, que negáis, se convertirá en vuestra última morada, y rudo despertar tendréis, cuando entonces por fin os deis cuenta, veáis y Sintáis, ¡que lo habéis hecho Todo mal!

Es tan sencillo, hijos Míos, porque sólo se necesita un Sí verdadero y sincero a Mi Hijo, enviado a la Tierra hace más de 2000 años, para perdonar todos vuestros pecados, liberaros de él (nota: el pecado) y de las garras de la bestia y daros la Vida Eterna en el Reino de vuestro Padre.

Di ¡Sí! ¡Abre tu corazón! ¡Y empieza cuanto antes! Sólo un corazón puro podrá entrar en el Nuevo Reino de Mi Hijo, sólo un alma purificada encontrará el camino hasta allí, porque serán los buenos los que Mi Hijo se lleve consigo.

Y todos aquellos que no se confiesen con Él: Tendréis que quedaros fuera, porque las puertas permanecerán cerradas para vosotros. Entonces la succión del lago de fuego será tan grande, que os llevará con él, como un enorme remolino en alta mar, como un terremoto que arrancará el suelo de debajo de vuestros pies, como si la tierra se abriera, os «tragara» e inmediatamente volviera a cerrarse.

No os hagáis esto a vosotros mismos, porque sois vosotros mismos los que os habéis puesto en esta situación peligrosa, ¡que es decisiva para vuestra eternidad! ¡Venid a Jesús! Dadle vuestro Sí, y Mis lágrimas se secarán, tan grande será la alegría en el corazón de Mi Madre.

Os amo. Mi Hijo Me hizo Madre de todos los hijos de Dios, y por eso os amo a cada uno de vosotros desde lo más profundo de Mi corazón tan herido.

Eternamente unida y en el más profundo amor, vuestra Madre de Lágrimas. Amén.

"Mi Madre está muy triste, y sólo vuestro arrepentimiento puede detener Su flujo de lágrimas. Os amo. Vuestro Jesús. Amén". Gracias, hija Mía.